Día 2: De Verona a Pocol
Verona
Después de no haber podido dormir mucho por las condiciones del holtel, decidimos desayunar algo y comenzar viendo Verona.
Comenzamos la visita por la Piazza Bra, la plaza más grande de la ciudad y muchos afirman que es la plaza más grande del país.

Bra se caracteriza por tener justo en el centro la Arena de Verona, un anfiteatro romano, que originariamente se ubicaba a las afueras de la ciudad, se creó para fines lúdicos. El anfiteatro tiene una capacidad de 30.000 espectadores.

Continuamos el camino y la siguiente parada era la casa de Julieta, cruzamos el casco antiguo hasta llegar a un pequeño callejón, muy cerca de la piazza delle Erbe, el cual da a un patio interior:

Al pasar la entrada metálica, nos encontramos dentro del patio donde según la novela de William Shakespeare, se desarrolla una de las escenas más importantes:

Tuvimos mucha suerte porque pudimos ver prácticamente solos el patio interior de la casa de Julieta.
Cuando comenzó a entrar gente decidimos continuar nuestra ruta hasta la piazza delle Erbe para poder ver el "Domus Mercatorum", que aunque hoy en día el edificio es del Banco Popolare di Verona, antiguamente fue el hogar de la Casa di Mercanti, gremio de comerciantes de la ciudad.

La piazza delle Erbe es la plaza más antigua de la ciudad.

Nuestra siguiente parada era el Castel San Pietro, desde donde tenemos unas vistas de pájaro muy bonitas de la ciudad, pero para ello hay que subir unas pocas escaleras:

La subida merece la pena, las vistas desde aquí son una pasada:

Cuando habíamos sacado unas cuantas fotos, decidimos bajar y seguir con la visita de la ciudad, lo haríamos por la orilla del río hasta llegar al puente de Castelvecchio.

Llegamos al puente del Castelvecchio:

Cruzamos el puente y nos encontramos con muchos puestos medievales, que vendían desde comida hasta escudos de madera medievales.

Continuamos la visita por la fortaleza:

Cuando acabamos la visita abandonamos la fortaleza y volviendo a por el coche para continuar con la siguiente visita: Trento

La ruta que hemos hecho en Verona es la siguiente:

El trayecto de Verona a Trento son 95 Km por autopista, cuyo peaje rondan los 6€, es algo caro, pero la diferencia que nos ahorramos en tiempo con respecto a carreteras secundarias hacía que esos 6€ merecíeran la pena.
Trento
Nada más llegar a Trento pudimos aparcar muy cerca del centro de la plaza, aprovechando que era festivo, no tuvimos que pagar nada por aparcar el coche.
Nada más bajarnos del coche, lo primero que vimos fue el Duomo de San Vigilio, catedral dedicada al patrón de la ciudad y que estaba en plena Piazza del Duomo:

Cruzamos la calle y entramos en plena piazza del Duomo:

La plaza es fantástica y a pesar de ser aun pronto, se vé que es el centro de la ciudad y donde más vida hay.

Después de dar una vuelta por Trento, decidimos continuar la ruta con destino a Karersee (Lago di Carezza), teníamos que apresurar un poco la marcha, el mal tiempo nos podría coger y no queríamos que nos pillara en el camino.
Karersee - Lago di Carezza
Como siempre llevábamos estudiado cuál era la mejor forma de ir al Lago di Carezza, nuevamente merecía la pena ir por autopista y pagar el peaje (4'8€) por recortar casi 45 minutos de tiempo respecto a carreteras secundarias. El tiempo que tardamos de Trento a Karersee es de 1 hora y 30 minutos.
Cuando estábamos a punto de llegar a Karersee ya se notaba el cambio de temperatura y la nieve hacía acto de presencia en los árboles y la carretera que lleva al lago.
Una vez aparcamos en el parking habilitado para la visita al lago, previo pago de 2€, nos cambiamos de calzado por unas botas de monte que el suelo estaba completamente congelado y con el calzado que habíamos llevado no era el apropiado.
Después de habernos cambiado decidimos bajar y asomarnos al lago, la sensación era de un frío y un cambio de temperatura asombroso, estábamos a una altitud de 1519 metros.
Llegamos al balcón que da comienzo a la ruta que rodea el lago y desde donde las vistas son preciosas, en época de buen tiempo o el deshielo la imagen ha de ser espectacular:

Nos acercamos un poquito más para ver el lago más de cerca:

Cuando dimos una vuelta por el lago, salimos con destino a la iglesia San Giovanni y Santa Magdalena.
San Giovanni & Santa Magdalena
El trayecto hasta la iglesia es de 1 hora y 20 minutos, como no había demasiada diferencia con respecto a la autopista, decidimos ir por carreteras secundarias.
Buscamos la típica estampa de verano, la iglesia de San Giovanni solitaria y detrás las Dolomitas, pero el tiempo se nos echó encima y únicamente pudimos ver esta estampa desde el coche. Para cuando ya habíamos aparcado la niebla había tapado todas las montañas.


Subimos al coche y decidimos, aun con la desilusión de no poder ver las montañas de fondo, ya que estábamos ahí, ver la estampa de la iglesia Santa Magdalena. Desde la calle Magdalenaweg hay un pequeño establo que podríamos aprovechar aparcar y disfrutar de las vistas de la iglesia San Giovanni.

Después de hacer una parada para comer, continuamos la ruta hacia el Lago di Braie (Pragser). La lluvia hacía acto de presencia y no parecía darnos tregua.
Para llegar al Lago di Braie iremos por carreteras secundarias, el camino nos llevará en torno a 1 hora y 30 minutos.
Lago di Braie - Pragser
Para aparcar en las cercanías del Lago hay habilitados varios parkings, como era festivo teníamos el parking gratuito, pero en verano deben estar todos abarrotados de coches y caravanas.

Las vistas desde la cabaña son preciosas:



Continuamos nuestro camino bajo una lluvia cada vez más ligera, pero aun así seguía sin parar.
Pusimos rumbo a nuestra última parada del día, el Lago di Dobbiaco, solo nos separaban 20 Km de distancia entre ambos lagos.
Lago di Dobbiaco
Una vez llegamos al lago, habíamos leído que había la posibilidad de aparcar al lado. Hay varios hoteles donde podemos aparcar, salir a sacar unas fotos y poder contemplar la belleza del lago.


Decidimos poner punto final al día y fuimos camino a Pocol, pueblo donde teníamos el hotel reservado para 2 noches.
Cuando estábamos de camino comenzó a nevar de una manera que jamás había visto antes, unos copos de nieve que el limpiaparabrisas no era capaz ni a velocidad máxima de poder apartarlos para poder tener visibilidad. Al menos la carretera estaba aun limpia porque no había cuajado. Pero al ritmo que caía la nieve, era cuestión de horas de que una capa nos pudiera destrozar los planes para el día siguiente.
Cortina d'Ampezzo
Al hacer la reserva jamás imaginamos que para llegar a Pocol debíamos subir un puerto que une Cortina d'Ampezzo con Pocol y menos aún con la nevada que estaba cayendo, era increíble.
Para cuando llegamos al parking del Hotel, nuestros pasos ya estaban dejando huella en la nieve por donde pasábamos.
Del Hotel sólo tenemos palabras buenas, pocas veces hemos estado en un hotel tan acogedor, tan bonito y en un entorno similar, qué preciosidad. La única pega es, que pese a disponer desayunos, no había servicio de cenas y en Pocol, por las fechas que eran, no había nada más abierto. Sí! Debíamos bajar una vez más el puerto para llegar a Cortina d'Ampezzo y cenar.
Así lo hicimos y cenamos en una pizzería en pleno centro, la Pizzeria Perla. Unas pizzas muy bien de precio y de calidad aun mejores.
Después de cenar, decidimos subir de nuevo a Pocol, porque no paraba de nevar. Cuando llegamos al hotel, decidimos descansar mientras rezábamos para que el mal tiempo parase y nos dejase disfrutar del día.